La editorial española La Fábrica, especializada en publicar la obra de los grandes fotógrafos del mundo, dedica un libro como tributo a uno de los grandes referentes de la fotografía universal: Agustín Casasola
En México son ampliamente reconocidas las aportaciones de Agustín Víctor Casasola (1874-1938), pionero del fotoperiodismo y fundador del acervo visual más importante de la Revolución mexicana; sus imágenes han sido difundidas con generosidad, sin embargo, la trascendencia de su legado ha sido, hasta ahora, poco apreciado en otras geografías.
“El archivo Casasola no es únicamente un referente de la fotografía mexicana, las imágenes que lo conforman se han convertido en un referente universal”, dice en entrevista vía telefónica desde Madrid Alejandro Castellote, director de la Biblioteca PHotobolsillo de fotógrafos latinoamericanos.
La labor del artista mexicano en ese contexto social y político es comparable a la que realizaron otros destacados artistas de la lente, como Lewis Hine, en Estados Unidos, o Alfonso Sánchez García, en España, reconocidos internacionalmente; de Casasola, sin embargo, sólo se han divulgado fuera de México algunos entrañables retratos de la Revolución. Ahora gracias a esta edición española, el acervo Casasola podrá ser apreciado por espectadores más allá de nuestras fronteras.
Universo visual
Las 61 fotografías del Archivo Casasola incluidas en el volumen de la Colección PHotoBolsillo incluyen imágenes de la Revolución mexicana y sus caudillos, como Emiliano Zapata y Francisco Villa, pero también se encuentran retratos de la vida cotidiana del México de principios del siglo XX: intelectuales y artistas como Diego Rivera, León Trotsky y Tina Modotti; acontecimientos sociales, algunas huelgas, inauguraciones y festividades.
Alejandro Castellote destaca las fotografías de la serie “Judiciales”, que reúne imágenes de comisarías y presos famosos, como el estrangulador Goyo Cárdenas, o la primera Miss México, María Teresa Landa, quien asesinó a su esposo bígamo.
“No es una mirada a todo el trabajo, es apenas un atisbo, un primer intento” por darle visibilidad y acercarlo a otros públicos, explica Castellote.
“Es una mirada que sin ser exhaustiva abre las posibilidades a un autor que tiene aún mucho por descubrir”.
Laura Cortés/MILENIO
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